!Buenos días corazones! Hoy traigo una maravilla de receta, de esas que tenéis que probar al menos una vez en la vida.
Seguramente tod@s conocéis la famosa pavlova, ese postre elaborado con clara de huevo y azúcar. Con su textura crujiente por fuera y suave por dentro y ese contraste de sabores con la crema o nata y la fruta fresca, se convierte en un postre de lujo que encantará a todos vuestros comensales en cualquier celebración.
La pavlova tiene su dificultad pero, si además queremos una versión vegana, la búsqueda de la receta perfecta puede convertirse en una auténtica aventura. Pero aquí la tenéis. Después de seis intentos, de pruebas de varias recetas, con diferentes ingredientes y cantidades y con el congelador lleno de garbanzos, os traigo la pavlova definitiva. Y funciona. La receta original la podéis encontrar en el blog «The Great British Bake Off» y es la mejor pavlova vegana que he probado. El merengue queda perfecto, con esa textura tan característica. Y lo mejor de todo, no sabe a garbanzos. Porque señor@s, está hecha con aquafaba, el líquido reducido de cocer garbanzos y es ideal el que viene en los tarros de conservas. Así que la próxima vez que los compréis, guardad este maravilloso líquido, porque os va a abrir un mundo de posibilidades.
En esta ocasión he utilizado azúcar blanquilla, porque en otras ocasiones utilicé eritritol y no funcionó. También os digo que probé otras recetas… Así que me queda pendiente hacer una versión con eritritol para que sea apta para diabéticos.
Por otra parte, el azúcar la trituré con molinillo de café. Normalmente se utiliza entera o mitad normal y mitad glass, porque nos indica si el merengue está perfecto para hornear, es decir, cuando no el azúcar se ha deshecho por completo y no se notan los grumos. En mi caso solventé esta situación batiendo durante mucho tiempo, 40 minutos. Y el resultado fue perfecto.
Podéis utilizar el relleno que más os guste: crema, nata, frutas, chocolate… Yo decidí hacer una nata de fresas, tomando como base mi receta de tarta mousse de fresas de con nata. Esta nata de fresas lleva agar agar, que podéis sustituir si no sois vegan@s por gelatina (un poco menos de 5 hojas). Rematé la pavlova con fresas frescas maceradas con azúcar de coco. Una locura total. Os lo aseguro.

PAVLOVA DE FRESA (vegana)
Para 6 mini pavlovas (8,5 cm de diámetro)
Dificultad: muy fácil
Ingredientes:
Para las pavlovas:
- 85 gr de aquafaba
- 0,4 gr de cremor tártaro (1 cucharada de zumo de limón)
- 117,5 gr de azúcar (yo lo he triturado con molinillo de café)
- 2 gotas de esencia de vainilla
- 1,6 gr de goma xantana
Para la nata de fresas:
- 200 ml de nata vegetal para montar
- 1 cucharada de eritritol
- 90 gr de puré de fresas (unos 150 gr de fresas frescas)
- 20 gr de eritritol
- 1,6 gr de agar agar
Para decorar:
- 2-3 fresas frescas
- 1 cucharada de azúcar de coco
Procedimiento:
Limpia los utensilios que vayas a utilizar con papel de cocina y un poquito de vinagre (las varillas y el vaso de la batidora). Vierte la aquafaba (a temperatura ambiente) junto con el cremor tártaro y bate (con el batidor de globo) a velocidad media durante unos 5 minutos. Incrementa la velocidad al máximo y continúa batiendo 5-10 minutos, hasta formar picos firmes.



Cuando llegues a este punto y no antes, añade el azúcar a cucharadas, poco a poco. Este proceso durará unos 15-20 minutos. Bate hasta que el azúcar se deshaga y no haya grumos (toma una pequeña muestra entre los dedos). Te tomará unos 35-40 minutos, hasta conseguir una textura de merengue (como ves en la fotografía, hace picos en los laterales y se mantiene firme en las varillas).




Añade la vainilla y la goma xantana tamizada y bate 30 segundos más, lo justo para integrar.
Precalienta el horno a 100ºC. Coloca el merengue en una manga pastelera (yo utilicé una bolsa con boquilla estrellada ancha). Sobre un mantel de silicona o papel vegetal, haz círculos del tamaño de tus pavlovas (yo utilicé un aro de empletar con el borde enharinado en maicena y un tapete). Con el merengue traza el círculo de la base y un borde de un dedo o dos de altura (dependiendo de cómo la quieras de alta). También puedes darle la forma rústica con una cuchara.


Coloca la bandeja en el tercio inferior del horno y hornea durante 90 minutos o hasta que la pavlova se despegue fácilmente del papel. Apaga el horno y deja enfriar por completo dentro con la puerta abierta (introduce una cuchara de madera para hacer tope).
Lava las fresas para decorar, retira el rabito y corta en trocitos pequeños. Vierte en un cuenco junto el azúcar de coco y deja macerar hasta el momento de uso.
Prepara el relleno: tritura las fresas y pasa por un colador para retirar las semillas. Mezcla con el eritriol y el agar agar y lleva a ebullición, removiendo durante 2-3 minutos. Deja atemperar.




Monta la nata junto con la cucharada de eritritol hasta que haga picos firmes y reserva. Cuando el puré de fresas esté frío (y gelificado), vierte en el vaso de la batidora junto con un poco de la nata montada y tritura con la batidora para conseguir una textura suave. Añade el resto de la nata y mezcla con una lengua con movimientos envolventes.




Rellena una manga pastelera y decora las pavlovas. Termina añadiendo las fresas maceradas y disfruta del momento.
Sugerencias:
Una vez frías, puedes conservar las pavlovas en recipiente hermético unos 3-4 días.
Rellena justo antes de servir, ya que en caso contrario el merengue se humedecerá con el relleno y perderá toda la gracia.
