!Qué bien sientan las cremitas de verduras en este tiempo! Y son un plato tan versátil y reconfortante, que puedes comerla todos los días, de tantos sabores como hortalizas y verduras haya en el mercado. Las cremas además se pueden tomar templadas o frías, aunque yo las prefiero calentitas y en invierno.
No sé si sois muy fanáticxs de la remolacha. A mí me gusta mucho en crudo, con ese sabor dulzón y un poco terroso, pero no me sienta demasiado bien. Así que prefiero comerla cocida, que se puede añadir a una ensalada y está igualmente deliciosa. Además, tiene un color tan bonito que no necesitas utilizar ningún tipo de colorante artificial. La remolacha la podéis utilizar también para hacer muffins y bizcochos, e incluso panes (tengo pendiente compartir alguna receta).
Hoy os traigo una crema ideal para una cena o para una velada especial. Una idea muy saludable, vegana, sin gluten y muy vistosa.

CREMA DE REMOLACHA
Para 4 personas
Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Ingredientes:
- 500 gr de remolacha cocida
- 60 gr de puerro
- 100 gr de cebolla
- 1 manzana verde
- ½ cucharadita de jengibre en polvo
- Pimienta negra y sal al gusto
- Aceite de oliva
- 600 ml de agua
Procedimiento:
Corta el puerro en rodajas finas y la cebolla en juliana. Pocha en un poco de aceite y cuando comience a transparentar, añade la cebolla rallada (tardas menos). Cocina hasta que esté blandita, agrega las especias y sazona. Finalmente, añade la remolacha picada finamente y rehoga todo junto unos minutos más (me gusta que se tomen los sabores). Agrega el agua y da un hervor.




Tritura hasta obtener una textura suave y cremosa y disfruta.

Sugerencias:
Te aconsejo utilizar remolacha cocida para ahorrar tiempo. Si tienes que cocerla, hazlo con piel y sin cortarle demasiado las hojas, para evitar que se “desangre”.
Antes de triturar la crema, cuela el agua y reserva en una jarra. Ve añadiendo poco a poco este líquido a las verduras para obtener la textura que más te guste.
Puedes añadir una cucharadita de yogur de coco vegano o un chorrito de nata de almendras al final.
Puedes darle un toque crujiente y proteico con unos garbanzos especiados.