Recuerdo una etapa de mi época universitaria en la que tuve una anemia tan fuerte que tenía que tomar hierro en ampollas. Decidí que sería un buen complemento incluir más lentejas en mi dieta, ya que siempre había oído que tenían mucho hierro y yo no era demasiado fanática de las mismas. Así que estuve al menos un año comiendo lentejas una vez a la semana. Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que mis adorados garbanzos tenían incluso más hierro que las lentejas, por detrás de la soja y las alubias de todos los colores (negras, rojas y blancas).
Aunque sigo tomando lentejas de manera habitual, he de reconocer que pierdo la cabeza por los garbanzos. Creo que podría comerlos a diario y conozco tantas formas diferentes de cocinarlos, que creo que nunca me aburriría de ellos.
Las legumbres son un básico en la alimentación vegetariana, así que aparte de ser una opción económica y saciante, es un alimento sano y rico en proteínas (para aquellas personas que se preguntan de dónde se sacan las proteínas si no se come carne ni pescado).
Hoy os traigo una receta que, a pesar de no ser vegetariana, es más sana que el típico cocido con chorizo, tocino, pata y oreja. Además, está riquísima y estoy segura de que no os va a defraudar.

GARBANZOS CON GAMBAS Y CALAMARES
Para 4 personas
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 50 minutos
Ingredientes:
- 200 gr de garbanzos secos ( = 400 gr de garbanzos cocidos)
- 2 patatas medianas (200 gr)
- 1 zanahoria mediana (120 gr)
- 100 gr de puerro (puedes utilizar cebolla)
- 120 gr de calamares
- 140 gr de gambas
- Aceite y sal al gusto
- 1l de agua (o la necesaria)
Preparación:
Deja l0s garbanzos en remojo la noche anterior con abundante agua y sal. Aclara y escurre el agua.
Pela y corta las patatas en láminas no muy gruesas, las zanahorias en rodajas de medio centímetro aproximadamente y el puerro finamente.



Vierte un poquito de aceite en la olla y cocina las patatas, el puerro y la zanahoria durante unos 5 minutos a fuego medio. Incorpora los garbanzos, sazona y cubre con agua. Tapa la olla y cocina hasta que estén tiernos. Deja enfriar un poco antes de abrir.




Mientras tanto, calienta un poco de aceite en una sartén y salte las gambas y calamares hasta que cambien de color. Incorpora a la cazuela, rectifica el punto de sal, agrega más agua si es necesario y da un hervor.



Retira del fuego y sirve.