Magdalenas «carrot cake» (veganas).

¿A quién le gusta la tarta de zanahoria? Seguramente la mayoría de vosotrxs estáis asintiendo con la cabeza, recordando vuestro carrot cake favorito, con su bizcocho húmedo y el sabor a caramelo del azúcar moreno. el contraste con la cobertura de queso y el crujiente de las nueces picadas…

Sin lugar a dudas, la tarta de zanahoria (o carrot cake), se ha convertido en una de mis favoritas desde que la descubrí en Escocia. Hasta entonces, mi tarta por antonomasia era la de queso, pero ahora no sabría decir cuál es la number one.

Hoy os traigo una versión de carrot cake en formato magdalena y completamente vegano. Tiene un bizcocho muy jugoso, que no húmedo, y la «nata» está hecha con leche de coco (aunque esta receta la publicaré más adelante mejorada). Os dejo un adelanto de esta delicia que, sí o sí, tenéis que probar.

MAGDALENAS “CARROT CAKE”

Para 7 unidades

Dificultad: fácil

Tiempo de elaboración: 35 minutos (más reposo)

Tiempo de elaboración nata de coco: 15 minutos

Ingredientes:

Para las magdalenas:

  • 120 gr de harina común
  • 150 ml de leche de coco
  • 45 ml de aceite de girasol
  • 80 gr de azúcar moreno (panela, azúcar blanquilla)
  • 40 gr de zanahoria rallada
  • 6 gr de levadura Royal (polvos de hornear)
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo
  • 1/4 de cucharadita de nuez moscada

Para el frosting de coco:

  • 400 gr de leche de coco de lata
  • 30 gr de azúcar glass (puedes utilizar sirope de agave)
  • Unas gotas de esencia de vainilla
  • 20 gr de maicena

Procedimiento:

Tamiza la harina, los polvos de hornear y las especias y mezcla bien.

Vierte el aceite y el azúcar en el vaso de la batidora y mezcla con varillas durante un par de minutos (para airear la masa). Agrega la leche y sigue batiendo hasta hacer espuma. Añade a los ingredientes secos e integra con varillas hasta conseguir una textura cremosa y sin grumos.

Ralla la zanahoria con la parte más pequeña del rallador y agrega a la masa. Vuelve a mezclar todo bien. Cubre el recipiente con papel film y deja reposar en la nevera un par de horas (te recomiendo dejarla toda la noche: el contraste frío-calor favorece la subida de la masa).

Precalienta el horno a 180ºC. Rellena los moldes con la masa hasta 2/3 de su capacidad. Hornea 20-25 minutos, hasta que adquieran un color dorado (dependerá del horno). Deja enfriar por completo sobre una rejilla.

Para el frosting de coco: retira la parte sólida de la leche y ponla a calentar en un cazo junto con el azúcar. Disuelve la maicena en el líquido sobrante de la lata y añade al cazo cuando empiece a hervir. Agrega la vainilla, mezcla todo bien y deja enfriar, cubierto con un film. Cuando esté fría, dale unos toques con la batidora para conseguir una textura más suave. Reserva en la nevera hasta el momento de usar.

Utiliza una manga pastelera o una jeringa de repostería para aplicar la nata. Decora con nueces picadas y, si quieres, con mermelada de naranja amarga (le dará un toque super rico y fresco).

Sugerencias:

Puedes utilizar la leche vegetal de tu preferencia, aunque por el sabor yo te recomiendo la de coco o cualquiera de frutos secos (avellanas, nuez, almendras,…).

Si no tienes aceite de girasol, utiliza aceite de oliva, aunque el sabor será más fuerte. No te recomiendo para nada utilizar en este caso aceite de coco, ya que solidifica en frío y afecta a la textura de la masa.

En cuanto al edulcorante, te recomiendo emplear cualquiera con textura similar al azúcar. El azúcar, en repostería, no sólo tiene una función endulzante, y no siempre puedes sustituir por crema de dátiles ya que la textura varía.

Puedes prescindir del reposo en frío, aunque te lo recomiendo, porque el contraste de temperaturas (frío y caliente del horno), ayuda a tu masa a crecer.

Puedes utilizar puré de zanahoria en lugar de rallarla, pero si la rallas pesará menos y tendrás una masa más ligera y esponjosa.

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