Timbal de sarraceno y remolacha.

El trigo sarraceno se ha convertido en uno de mis ingredientes fetiche. Además de no contener gluten (ideal para personas con intolerancia o celiaquía), es muy versátil en recetas tanto dulces como saladas.

En el blog podréis encontrar algunas recetas de risotto, que si bien no puede llamarse así porque no es el arroz típico de risotto, sí comparte con éste la textura cremosa característica. El trigo sarraceno contiene mucílagos, que son sustancias que en contacto con el agua desarrollan una capa “gelatinosa”. Si le añadís calabaza o setas, disfrutaréis muchísimo de su textura y sabor.

Por otra parte, el sarraceno es muy utilizado para hacer crepes (conocidas en Francia como “galettes”). Pero también puedes emplearlo para preparar tu granola casera o un porridge cargado de proteínas.

Hoy os traigo una receta salada, aprovechando las remolachas que están de temporada. Es una receta muy sencilla, que requiere pocos ingredientes y “sale” un poco de la normalidad . ¿Os animáis?

TIMBAL DE SARRACENO Y REMOLACHA

Para 4 personas

Dificultad: fácil

Tiempo de elaboración: 50 minutos

Ingredientes:

200 gr de trigo sarraceno
120 gr de remolacha fresca
100 gr de cebolla
1 ajo
1 cucharada de salsa de soja
Sal y pimienta negra al gusto
Aceite de oliva
600 ml de agua (o caldo)
Un trocito de puerro

Procedimiento:

Lava el trigo hasta que el agua salga clara, escurre y reserva.

Corta la cebolla en brunoise, ralla la remolacha y pica el ajo finamente. En una sartén honda, con un poco de aceite, pocha las verduras junto con la salsa de soja y resto de especias, hasta que la remolacha esté tierna.

Agrega el trigo sarraceno y remueve. Finalmente, añade el agua y cocina hasta que esté tierno y haya absorbido todo el líquido.

Lava el puerro y córtalo en tiras finas. Calienta bien un poco de aceite en una sartén y sofríe unos minutos para que quede crujiente. Elimina el exceso de aceite con papel absorbente. Tritura unos cuantos cacahuetes.