Desde siempre he sido muy golosa, aunque con los años he reducido bastante el consumo de azúcar y me he vuelto más selectiva a la hora de comer dulces. Recuerdo mi infancia y aquellos postres caseros que hacía mi madre, los tradicionales de toda la vida: el flan, las natillas, el arroz con leche, torrijas,… ¿Quién puede negarse a disfrutar de estos placeres?
En los últimos años mi dieta ha sufrido un cambio importante, reduciendo en gran medida el consumo de productos animales e incrementando los alimentos de origen vegetal, granos y semillas. Este cambio no ha sido difícil, ya que soy una apasionada de las legumbres y las hortalizas y eso ayuda. Pero, sin duda alguna, lo que más me ha gustado ha sido experimentar con las recetas dulces, intentando buscar alternativas más saludables. Algunas de ellas han sido bastante fáciles de lograr y, además, me han permitido jugar con diferentes ingredientes, como en el caso de las natillas de caqui o las natillas de calabaza. Si estás poniendo caras raras te recomendaría darles una oportunidad y luego me cuentas 🙂 .
Hoy te raigo unas natillas de café, un postre ligero con un sabor muy suave. Una receta sencillísima que tendrás lista en 10 minutos. ¿Qué más se puede pedir? Te dejo un adelanto y así decides…

NATILLAS DE CAFÉ
Para 4 unidades (tamaño pequeño)
Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 10 minutos (más enfriado)
Ingredientes:
- 450 ml de leche de almendras
- 50 ml de café
- 25 gr de panela (u otro edulcorante)
- 25 gr de maicena
- Avellanas picadas para decorar (opcional)
Procedimiento:
Separa medio vaso de leche y disuelve la maicena. Pon el resto a calentar en un cazo y añade el café y el azúcar. Cuando empiece a hervir retira del fuego y añade la maicena disuelta. Remueve con unas varillas hasta que empiece a espesar y así durante un par de minutos.




Sirve en moldes individuales y deja enfriar. Lleva al frigo durante unas 4 horas (mejor de un día para otro). Decora con crocanti de avellanas.

Sugerencias:
Puedes ajustar las cantidades a tu gusto. Esta receta tiene un sabor muy suave, pero se aprecia el sabor a café.