Como sabéis, me gusta versionar recetas tradicionales cuyo ingrediente principal es la carne picada y utilizar soja texturizada en su lugar. Hasta ahora no había hecho la receta más sencilla de todas: hamburguesas. ¿Sabéis por qué? Porque me encantan las hamburguesas de legumbres y siempre las hago así. Pero tenía curiosidad por experimentar con soja y además quería utilizar otros granos. Así que me puse a investigar.
Estas hamburguesas están hechas con mijo, un cereal libre de gluten, así que son aptas para personas con intolerancia. Para cocerlo se utiliza una proporción de 2 ½ vasos de agua por 1 vaso de mijo (en volumen). Es decir, para ½ vaso de mijo se utiliza 1 vaso y medio de agua. Además, actúa como aglutinante, facilitando que la masa tenga cierta consistencia.
Se ha utilizado harina de trigo sarraceno (sin gluten), pero puedes utilizar la que prefieras, siempre teniendo en cuenta que las cantidades pueden variar.
Y el resto ha consistido en un poco de color por aquí y un poco de sabor por allá… Aquí te muestro el resultado para que juzgues por ti misma. ¿Te atreves a probarlas?

HAMBURGUESAS DE SOJA Y MIJO
Para 4 hamburguesas de 100 gr
Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 1 hora y 10 minutos
Ingredientes:
- 50 gr de soja texturizada
- 50 gr de mijo
- 50 gr de remolacha
- 100 gr de cebolla
- 1 ajo
- 1 cucharadita de orégano
- ¼ de cucharadita de cúrcuma
- ¼ de cucharadita de curry
- 2 cucharadas de salsa de soja (opcional)
- 30 gr de harina de trigo sarraceno
- Pimienta negra y sal al gusto
- Aceite de oliva
Procedimiento:
Cuece la remolacha. Como es poca cantidad, prefiero hacerla en el microondas. Pela la remolacha y corta en cubos no muy grandes. Coloca en un recipiente con un poco de agua, cubre con una tapadera de microondas y cocina hasta que esté blandita. Escurre y reserva.
Hidrata la soja. Pon agua a hervir en un cazo y añade la soja. Cubre con una tapadera y deja reposar unos 15-20 minutos. Escurre el agua, aclara un poco y elimina el exceso de agua apretando suavemente con las manos. Reserva.



Mientras tanto, prepara el mijo. Lávalo en un colador de malla fina hasta que el agua salga clara. Escúrrelo. Pon el mijo en una cazuela con agua y lleva a ebullición. Cuando empiece a hervir, cubre con una tapadera, reduce el fuego al mínimo y cuece sin destapar hasta que absorba toda el agua (suele tardar unos 20 minutos). Deja enfriar y reserva.



Corta la cebolla en juliana y pocha a fuego lento. Cuando esté transparente, añade las especias y mezcla un par de minutos. Agrega ahora la remolacha y saltea todo junto.




Vierte esta mezcla en el vaso de la batidora y tritura un poco (para que sea más fácil manejar la soja). Añade después el mijo e integra todo bien.




Por último, agrega la harina, mezcla y deja reposar en la nevera unos 10 minutos. Divide la masa en 4 partes iguales y haz bolitas. Aplasta un poco con las manos y ya está. Listas para freír o asar.




Acompaña como más te guste y disfruta del momento.

Sugerencias:
La remolacha aporta humedad y color, pero puedes sustituirla por media zanahoria o calabaza.
Si encuentras la masa demasiado húmeda, agrega más harina (pero ten cuidado no te quede un mazacote).