Panna cotta de nata con caramelo y fresas

Me encanta la panna cotta y, aunque mucha gente dice que es una receta facilísima, no estoy de acuerdo en absoluto. Para empezar, la panna cotta significa “nata cocida” y en muchas recetas que he visto por internet mezclan la nata con leche, así que ya empezamos con el lío… Bueno, también he descubierto que la receta original no lleva gelatina, sino clara de huevo… Así que ya no sé qué pensar.

Volviendo al tema… La clave de una buena panna cotta es la textura. Tiene que quedar un punto intermedio entre flan y gelatina, y eso es lo más difícil de conseguir. Por tanto, me reafirmo en mi opinión de que no es tan fácil conseguir este placer para los sentidos.

Después de mucho probar con diferentes recetas y proporciones, he llegado a la conclusión de que ésta es la mejor: una proporción de 1:1, es decir, un bote de nata (200 ml) y una hoja de gelatina (2 gr). Al menos para mí. Al moverse tiembla como una hoja, pero al meterla en la boca se deshace. Puro placer.

Aunque puedes acompañarla con mil cosas, yo prefiero la panna cotta de nata con caramelo (cada sabor, para mí, tiene su acompañamiento específico). Lo de las fresas ha sido para dar salida a unas cuantas que tenía por casa y la verdad es que me ha encantado el resultado.

PANNA COTTA DE NATA CON CARAMELO Y FRESAS

Para 4-5 raciones

Dificultad: muy fácil

Tiempo de elaboración: 20 minutos (más enfriado)

Ingredientes:

  • 600 ml de nata líquida
  • 3 hojas de gelatina

Para servir:

  • Caramelo líquido (puedes hacerlo tú)
  • Fresas

Procedimiento:

Hidrata la gelatina en un recipiente con agua fría durante unos 10-15 minutos.

Pon la nata a calentar a fuego bajo en un cazo, junto con el azúcar. Remueve con unas varillas de vez en cuando para que no se pegue. Cuando empiece a hervir, retira del fuego.

Escurre la gelatina y añade a la nata. Agrega también las gotas de vainilla y remueve todo bien hasta que la gelatina se disuelva por completo.

Vierte el caramelo en moldes individuales y, después, la panna cotta. Deja enfriar al menos 8 horas (yo la dejo toda la noche).

Para desmoldarlo de una manera muy sencilla prepara un recipiente con un poco de agua caliente. Pasa un cuchillo por el borde de tu panna cota, para despegarlo del molde. Sumérgela un minuto en el agua caliente y desmolda sin problema.

Decora con fresas y disfruta del momento.

Sugerencias:

Puedes servir con caramelo líquido, chocolate, miel o mermelada de frutas.

El caramelo puedes hacerlo tú misma con azúcar y un poco de agua.

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