Cremoso de piña y coco.

Me encanta la piña, diría que es una de mis frutas favoritas. Me encanta «a palo seco», sin acompañamientos, pero también con yogur o como base de muchos batidos (principalmente con leche de coco o con frutas tropicales).

El mes pasado mi querida Maribel me pidió una receta con fresas y otra con piña (bueno, yo interpreté que quería dos independientes), así que me puse a investigar y buscar ideas. El resultado de la receta de fresas fue espectacular, un festival de colores, sabores y texturas: cestitas de chocolate con crema de fresas y yogur. Pensé que después del resultado obtenido no podía defraudarla con la receta de piña. Así que de nuevo me puse a darle vueltas a la cabeza.

Quería una receta sana, fresca y, a ser posible, apta para todos los públicos (últimamente estoy muy interesada en el mundo gluten free). Se me ocurrió una idea y tras varios intentos, conseguí la textura que buscaba. El resto fue «coser y cantar» y creo que es uno de mis postres favoritos. ¿Qué te parece?

CREMOSO DE PIÑA Y COCO

Para 4 personas

Dificultad: muy fácil

Tiempo de elaboración: 30 minutos (más enfriado) y 15 minutos para la presentación

Ingredientes:

  • 200 gr de piña fresca
  • 600 ml de leche de coco (de tetrabrick)
  • 45 gr de maicena
  • 15 gr de azúcar (opcional)

Para el emplatado:

  • 4 rodajas de piña fresca
  • 1 cucharadita de aceite de coco o mantequilla
  • Azúcar moreno (al gusto)
  • Coco rallado

Procedimiento:

Disuelve la maicena en un poco de leche. Pela la piña, córtala en cubos y tritúrala con la batidora, junto con el azúcar y otro poco de leche, hasta obtener un puré fino.

Pon el resto de la leche a calentar en un cazo y añádele la maicena. Remueve con unas varillas con cierta frecuencia. Antes de que empiece a espesar, añade el puré de piña y remueve constantemente hasta que empiece a espesar (para que no se pegue). Cuando notes la crema más consistente, cocina un par de minutos y retira del fuego. Sirve en moldes individuales y deja enfriar. Después, lleva al frigo durante al menos seis horas (yo prefiero dejarlas toda la noche), para que termine de cuajar perfectamente.

Antes de servir, corta la piña en rodajas (tantas como postres vayas a servir), de un centímetro de grosor. Elimina la parte externa. En una sartén vierte una cucharadita de aceite de coco y asa las rodajas de piña. Cuando estén doradas, ve añadiendo el azúcar y deja que se caramelice. No te he puesto cantidad de azúcar porque yo prefiero utilizar el mínimo posible, sólo lo justo.

Coloca la rodaja de piña sobre un plato y, sobre ella, el cremoso de piña. Puedes decorar con coco rallado o con piña caramelizada. Sirve y disfruta de la mezcla de sabores y texturas. ¿Aún te lo estás pensando?

Sugerencias:

Podéis añadir un poco de coco rallado a la crema de piña y leche. Yo, personalmente, prefiero dejarlo tal cual porque la textura es mucho más suave.

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