Dicen que la masa de empanadillas es fácil… Pues no sé, debe ser que yo soy torpe para las masas, porque a mí me ha costado 4 intentos hasta que he conseguido la masa que yo quería. Cristina, mi (ex)alumna de prácticas (siempre será mi alumna), dice que soy demasiado exigente, pero ¿cómo no voy a serlo? No puedo compartir una receta que no sepa a ciencia cierta que va a salir bien, no me lo podría perdonar jajaaj.

Creo que esta puede ser la definitiva (digo creo porque la mayoría de las veces sigo experimentando 😉 ). Es una masa bastante elástica, muy fácil de trabajar, cuyo resultado es una textura muy crujiente. Puede congelarse y el resultado sigue siendo perfecto (te lo cuento al final).

¿Te animas?

MASA DE EMPANADILLAS

Para 16-18 unidades

Dificultad: fácil (ahora sí, jejeje)

Tiempo de elaboración: 1 hora

Ingredientes:

• 300 gr de harina todo uso
• 100 ml de agua tibia
• 60 ml de aceite
• 1/2 cucharadita de sal

Procedimiento:

Disuelve la sal en el agua tibia. Mientras tanto tamiza la harina, haz un hueco en el centro, añade el aceite y mezcla bien.

Cuando lo tengas listo, añade el agua poco a poco (te digo esto porque va a depender mucho del tipo de harina), e integra todo. Es una masa un poquito pegajosa, pero no te preocupes.

Espolvorea harina sobre la superficie de trabajo y vuelca la masa. Amasa durante unos 6-7 minutos, hasta conseguir una textura lisa y elástica. Cubre con papel film y deja reposar 30 minutos en la nevera. Pasado este tiempo vuelve a espolvorear la mesa con harina.

Divide la masa en dos (porque te será más fácil manipularla), estírala con un rodillo y córtala con un molde o cortapastas de tamaño mediano (unos 15 cm). Yo utilizo un vaso de batidora porque no tengo otro molde más grande, de ahí que los bordes sean un poco irregulares 😊. Extiende la masa hasta conseguir el grosor deseado. A mí me gusta hacerla muy finita, porque el resultado será más crujiente.

Con la masa sobrante, haz una bolita y déjala reposar durante unos 10 minutos. Repite el proceso de estirar y cortar y así hasta que termines con toda la masa.

Y ya las tienes, ¡listas para rellenar!

Sugerencias:

Puedes conservarlas en la nevera o el congelador, pero utiliza papel sulfurizado o film para separarlas y que no se te peguen. Cuando vayas a usarlas, sácalas de la nevera un poquito antes, sólo tarden unos minutos en descongelarse.