Estamos en temporada de crucíferas y una de las que más me gusta es el romanesco. Ese color tan bonito, esa textura y sabor tan suave… La verdad es que siempre lo como cocido con un sofrito de ajo o en frío con un chorrito de aceite de oliva y un poco de pimienta. Pero como me aburro de todo y no puedo estar quieta, pensé que igual podía hacer algo diferente, algo que se saliera de lo normal. Y pensé: ¿por qué no una panna cotta? Y así comencé a experimentar una y otra vez hasta que conseguí la textura (dichosa textura) de mi panna cotta deseada.
Sé que puede parecer extraño, pero creedme si os digo que está riquísima, que es super cremosa (aunque no lo parezca en la foto), y que la puedes acompañar de lo que quieras. Además, podría ser perfectamente un plato digno de cualquier mesa festiva. Así que aquí os la dejo y, como siempre, os animo a prepararla.

PANNA COTTA DE ROMANESCO
Para 4 personas
Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 50 minutos (más enfriado)
Ingredientes:
- 400 gr de romanesco
- 400 ml de nata líquida
- 200 ml de leche (usé vegetal)
- 100 gr de cebolla
- 8 hojas de gelatina
- 1 pizca de pimienta negra
- 1 pizca de nuez moscada
- Aceite de oliva
- Sal al gusto
Procedimiento:
Lava el romanesco, corta los ramilletes y cuece en agua abundante con sal hasta que esté tierno. Escurre y reserva.
Mientras tanto, pon las hojas de gelatina a hidratar en un recipiente con agua fría durante unos 10-15 minutos.
Corta la cebolla en brunoise. Vierte un poco de aceite en una sartén y pocha la cebolla a fuego lento.




Cuando tengas todo listo, vierte el romanesco en el vaso de la batidora. Añade la cebolla, la sal, las especias y la leche y tritura hasta obtener una crema sin grumos.
En una cazuela, pon la nata a calentar. Agrega la crema de romanesco y las hojas de gelatina bien escurridas. Cocina a fuego medio, sin parar de remover, hasta que empiece a hervir. Retira del fuego y sirve en moldes individuales. Deja enfriar como mínimo 6 horas (yo prefiero dejarlas toda la noche).




Desmolda y sirve acompañado de lo que más te guste.

Sugerencias:
!Aviso importante! La panna cotta se toma del tiempo. Si intentas calentarla, comerás sopa 😦 .
Puedes servirla acompañada de unos ramilletes de romanesco hervidos o, incluso, salteados con un poco de ajo y guindilla.
También puedes acompañarla de pescado o marisco: salmón ahumado o unas gambas glaseadas, como te muestro en la foto.
Puedes hacer la versión vegana utilizando agar agar. Aún no he probado, así que no puedo decirte las cantidades necesarias.