Aunque nunca he tenido la oportunidad de conocer el continente asiático (por ahora), entre mi listado de «cosas que hacer antes de morir» puedes encontrar algunas como hacer la ruta del Transiberiano, ver los cerezos en flor de Japón, entrar en trance con los Derviches danzantes de Turquía, conocer la cultura sherpa en el campamento base del Everest, disfrutar de la magia del «festival de las luces» a orillas del Ganges, recorrer de mochilera Tailandia y Camboya,..
Soy una enamorada de Asia, tan gigante y llena de contrastes. De momento, mi única manera de acercarme a ella ha sido a través de su gastronomía (miento, también he conocido a mucha gente de Irán, Irak y Taiwán). Adoro el color de sus platos, la gran variedad de recetas vegetarianas que ofrece, la mezcla de especias que convierten cada bocado en un festival de sabores y olores… Y voy a volver de nuevo al mundo real, que hablando de Asia me evado fácilmente.
He probado ya bastantes recetas hoy quiero traeros una muy fácil, sabrosa, vegetariana y para hacer al por mayor (porque lleva tiempo hacerlas y como pruebes una no vas a poder parar).
Te aviso antes de empezar: el tema de la harina es una puñeta, porque muchas veces intentas seguir la receta al pie de la letra y acabas alterando todas las cantidades (como me pasó a mí con ésta). Te aconsejo que vayas poco a poco jugando con las cantidades de líquido (mejor quedarse corta que pasarse) y verás como todo sale genial.
Otra cosa: no te fíes de las cantidades de las fotos, ya que suelo hacer la mitad porque soy «unifamiliar» jejeje.
Te muestro un adelanto del resultado 🙂

SAMOSAS
Para 24 unidades
Dificultad: fácil
Tiempo de elaboración: 1 hora y 30 minutos
Ingredientes:
Para la masa:
- 225 gr de harina común
- 2 cucharaditas de sal
- 100 ml de agua tibia (o la que necesite)
- 25 ml de aceite de oliva
Para el relleno:
- 2 patatas medianas
- 1 zanahoria grande (o 2 pequeñas)
- 1/2 cebolla (unos 150 gr)
- 1/2 pimiento verde
- 1 vaso de guisantes (pueden ser congelados)
- 2 dientes de ajo
- 1 trozo de raíz de jengibre (tamaño mitad del ajo)
Especias:
- 2 cucharaditas de curry en polvo
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharadita de garam masala (opcional)
- 1 pizca de cayena (opcional)
- Pimienta negra molida al gusto
- Sal al gusto
Procedimiento:
Lo primero que haremos será poner una cazuela con agua y sal a hervir. Pela las patatas y las zanahorias, corta en cubos pequeños y cuando el agua rompa a hervir cuece todo junto durante unos 30 minutos o hasta que estén tiernas (pero que no se rompan). Después escurre y reserva. Si utilizas guisantes frescos, es momento de cocerlos.




Mientras tanto, corta la cebolla y el pimiento verde finamente y a prepara una pasta con el ajo y el jengibre con ayuda del mortero. Reserva.




Prepara la masa. Para ello mezcla la harina con la sal en un recipiente. Haz un agujero en el centro y añade el aceite y el agua. Te aconsejo que añadas el agua de a poco para no pasarte. Integra la harina con los líquidos hasta que esté todo mezclado.



Pasa la masa a una superficie de trabajo y comienza a amasar. Si después de unos minutos notas que tu masa está demasiado seca, añade un poco más de agua, sin pasarte. Sigue amasando hasta conseguir una textura lisa y homogénea. Cubre con papel film o métela en una bolsita de plástico y deja reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.




Prepara el relleno. En una sartén con un poco de aceite, pon a freír la cebolla a fuego ligero. Mueve constantemente. Cuando empiece a transparentar, añade el pimiento y cocina unos minutos. Después agrega el ajo y el jengibre machado, seguidamente los guisantes.




Por último, añade las especias y mezcla todo bien unos segundos, sin dejar que se quemen. Es hora de incorporar la patata y la zanahoria. Mezcla todo bien unos minutos más, apaga el fuego y deja templar.



En este tiempo ya ha reposado la masa. Estírala como si fuera un churro grande y divídela en porciones iguales. Haz una bolita con cada una de ellas.



Forma 1: enharina la mesa y estira cada bolita con un rodillo, haciendo círculos de unos 15 cm de diámetro y un grosor muy finito. Aunque es una masa bastante elástica yo soy incapaz de hacer un círculo perfecto (como puedes ver en la foto). Puedes cortarlo con una tapadera. Divide el círculo en dos partes iguales. Dobla una esquina hacia adentro, haciendo un triangulito y luego la esquina opuesta (cerrando el triángulo). Coge la masa como si fuera una manga pastelera y rellena con las verduras. Presiona con los dedos para quede bien sellada o hazle un borde bonito, como las empanadillas. Si lo necesitas, humedece la masa con un poco de agua y sella la parte que queda abierta. Es más fácil si te enseño los pasos:






Forma 2: si el circulito no te funciona, estira la masa hasta conseguir un rectángulo de unos 15 cm de ancho y córtala a la mitad a lo largo. Vamos a utilizar el método de las bolsas de plástico (no sé si lo conocéis, pero os dejo un link para que le echéis un vistazo 😉 )
Toma uno de los rectángulos y coloca un poco de relleno en una esquina. Coge la punta del rectángulo y dóblala sobre el relleno, haciendo un triángulo. Dobla el triángulo sobre sí mismo hasta llegar al final. Cierra como en el paso anterior. No te preocupes, te dejo las fotos del proceso:






Calienta abundante aceite en una sartén y fríe hasta que estén doradas a fuego medio. A mí me gusta darles la vuelta con frecuencia para que se frían de manera homogénea y no se tuesten demasiado. Elimina el exceso de aceite con papel absorbente y sirve.


Están deliciosas, tanto calientes como frías.

Sugerencias:
Puedes utilizar los ingredientes que más te gusten.
La receta original lleva cilantro fresco. Como me cuesta conseguirlo prescindo de él o utilizo perejil (no es igual, pero le da un toque fresco).
Puedes acompañarlas de alguna salsa picante, a mi me gustan sin nada.
No sé qué tal quedarán al horno, pero las probaré en algún momento del futuro cercano 😉

3 comentarios en “Samosas vegetarianas.”