La calabaza se ha convertido en uno de mis ingredientes favoritos, ya que es muy versátil tanto en recetas dulces como saladas. No hace mucho descubrí un pan de calabaza que me llamó muchísimo la atención. Así que poco tardé en ponerme manos a la obra para probarlo y comprobarlo.

Este pan tiene un sabor dulce, aunque no demasiado y su textura me recuerda mucho a la del pan bimbo, con el corazón tierno y la corteza un poco más crujiente. Es perfecto para tomar en tostadas por las mañanas con un chorrito de aceite, mermelada o crema de cacahuete. Aunque si te soy sincera, yo lo he comido también con unas pechugas de pollo y cebolla caramelizada y está de puro vicio.

En cuanto te lo enseñe, no voy a necesitar nada más para convencerte. El resto ya lo harás tú solit@. Pero, te aseguro, que si lo pruebas vas a repetir.

PAN DE CALABAZA

Para unas 8- 10 raciones (del grosor de un dedo)

Dificultad: media

Tiempo de elaboración: 2 h. 40 min.

Ingredientes:

• 150 gramos de calabaza asada
• 200 gramos de harina todo uso
• 5 gramos de levadura de panadería (1 sobre).
• 1/2 cucharadita de sal
• 10 g de sirope de agave (o azúcar)
• 15 ml leche vegetal (usé de arroz)
• 15 ml de aceite de girasol

Procedimiento:

Asa la calabaza. Puedes hacerlo en el horno o en el microondas (y ahorras mucho tiempo). Pela la calabaza y córtala en cubos más o menos pequeños. Colócalos en un recipiente para microondas y añade un poco de agua para que no se quede seca. Cúbrelo con una tapadera y asa durante unos 15-20 minutos (dependerá del microondas), hasta que esté blandita. Escurre el exceso de agua y deja enfriar. Una vez fría, hazla puré con la batidora o un tenedor. Reserva.

Pon la leche en un vaso y témplala un poco . Añade la levadura, remueve para disolver y déjala reposar unos 5 minutos. Añade el sirope (o azúcar), mezcla y reposa 5 minutos más. Reserva.

En un bol amplio tamiza la harina y añade la sal en una esquina. En el centro, haz un agujero y añade el fermento (la leche con el azúcar y la levadura). Agrega el puré de calabaza y el aceite.

Mezcla con una cuchara de madera o una espátula hasta que se integre todo bien y se despegue de las paredes del recipiente. Cuando no puedas seguir trabajando, espolvorea un poco de harina sobre la mesa y amasa unos 10 minutos o hasta que tu masa sea lisa y elástica. Haz una bola, colócala en un recipiente, cubre con papel film o un paño de cocina y déjala reposar durante una hora y media o dos horas, hasta que doble su tamaño.

Pasado este tiempo, vuelca la masa sobre la mesa espolvoreada con un poco de harina. Estírala con un rodillo y dóblala sobre sí misma. Métela en un molde alargado, untado con un poco de aceite, cubre con un plástico y déjala reposar hasta que doble su tamaño.

Precalienta el horno a 180ºC. Si quieres, puedes decorar tu pan con pipas de calabaza. Para ello, unta la superficie con un poco de aceite y espolvorea las pipas. Hornea durante 40 minutos o hasta que adquiera un color dorado. Deja enfriar el pan totalmente sobre una rejilla antes de cortarlo.

¿Hace falta algo más para convencerte?

Sugerencias:

Puedes cortarlo en rodajas y congelar para consumir según necesites.