Tartaleta de espinacas y pasas.

Desde que tengo uso de razón recuerdo las fiestas navideñas como un festín de carne, pescado y marisco y escasas recetas «verdes», como mucho una ensalada o unos espárragos con vinagreta. La verdad es que aprovecho estas ocasiones «para ponerme hasta arriba» (jajaja), ya que en mi dieta «normal» predominan «los verdes».

Hoy traigo una opción de entrante o primer plato completamente vegana, muy fácil y con muy buena presencia. Es similar a una quiche, pero el interior es muchísimo más cremoso (está increíble). Además, el toque dulce de las pasas aporta ese aire navideño ideal para estas fiestas.

Aunque en esta receta vamos a preparar la masa quebrada casera, tienes la opción de comprarla hecha, ya que por cuestiones de tiempo es mucho más rápido. Ahora bien, si puedes, no dudes en hacerla tú misma. El resultado no tiene color (quizá sí en apariencia, pero no en sabor).

TARTALETA DE ESPINACAS Y PASAS

Para un molde de unos 20 cm o 6 moldes individuales

Tiempo de elaboración: 1 hora y 40 minutos

Ingredientes:

Para la masa quebrada:

  • 100 gr de harina común
  • 30 ml de aceite de oliva
  • 30 ml de agua fría
  • 1 pizca de sal

Para el relleno:

  • 200 gr de espinacas frescas
  • 200 gr de cebolla
  • 20 gr de pasas

Para la “crema”:

  • 60 gr de harina de garbanzos
  • 90 ml de agua
  • 350 ml de leche vegetal
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • ½ cucharadita de cúrcuma
  • 1 pizca de nuez moscada
  • Pimienta negra y sal al gusto

Procedimiento:

Prepara la masa quebrada. Mete el agua en la nevera, que esté bien fría. Tamiza la harina, agrega la sal e integra bien. Haz un agujero en el centro, como un volcán.

Mezcla el aceite y el agua y añade, poco a poco, a la harina. Integra todo con los dedos, sin amasar demasiado, hasta conseguir una textura arenosa. Haz una bola, envuelve en papel film y reserva en la nevera durante 30 minutos.

Mientras se enfría, pon las pasas a hidratar en un recipiente con agua. No hace falta que esté caliente (a no ser que estén muy secas), porque vamos a tener tiempo para hidratarlas bien.

Prepara el relleno. Corta la cebolla en brunoise y pocha en una sartén con un poco de aceite, hasta que esté transparente. Lava y pica las espinacas en tiras. Añade a la cebolla, salpimenta al gusto y sofríe a fuego lento hasta que estén tiernas. Por último, añade las pasas y cocina todo junto unos minutos. Retira del fuego y reserva.

Precalienta el horno a 180ºC. Prepara las tartaletas. Coloca la bola entre dos papeles de horno (sulfurizado) y estira con un rodillo. Coloca sobre el molde, ayudándote del papel o con el rodillo, y recorta el sobrante (en este caso he utilizado un tazón de un diámetro mayor, así al colocar la masa en mi molde queda con una altura normal).

Pincha la masa con un tenedor. Coloca sobre ella papel sulfurizado o albal y cubre con garbanzos (el peso evitará que se hinche durante el horneado). Hornea unos 15-20 minutos, hasta que los bordes estén dorados.

Prepara la “crema”. En el vaso de la batidora mezcla la harina de garbanzos con las especias (sal, pimienta negra, nuez moscada y cúrcuma). Añade el zumo de limón y el agua e integra.

Pon la leche a calentar en un cazo a fuego mínimo. Cuando empiece a hervir añade la mezcla anterior y remueve con unas varillas. Una vez que empiece a espesar cocina durante unos 3-4 minutos. Retira del fuego y agrega las espinacas.

Mezcla todo muy bien y rellena las tartaletas. Hornea de nuevo unos 15-20 minutos.

Listo para servir.

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