Pasta fresca de espinacas (vegana).

Hace tiempo compartí una receta de pasta básica: fácil, simple y rápida (bueno… esto último no, que lleva un rato prepararla). Me gustó bastante (y eso que yo no soy muy fanática), y tenía pendiente seguir experimentando con nuevos sabores y harinas, aunque esto último tendrá que esperar un poco más.

Hoy os traigo pasta de espinacas y, si soy sincera, me gusta muchísimo más que la otra. La textura me resulta más ligera (aunque esto igual se puede solucionar) y el color es chulísimo. Así, en plan marcianito.

La verdad es que no pensaba compartir esta receta hoy, pero resulta que mientras amasaba pensé en una idea super rica y original para Navidad. Sí, sé que aún falta mucho, pero es que la receta lleva precisamente pasta fresca de espinacas. Así que ve tomando nota y practicando porque lo que está por venir te va a encantar desde el primer momento. Palabra.

PASTA FRESCA DE ESPINACAS

Para 530 gramos

Tiempo de elaboración: 40 minutos (+10 de reposo)

Ingredientes:

340 gr de harina
150 gr de espinacas
50 ml de agua

Preparación:

Hierve las hojas de espinaca durante unos 10 minutos. Cuela el agua en un recipiente. En el vaso de la batidora tritura las hojas junto con 25 ml del agua de cocción hasta que quede una mezcla homogénea (reserva el resto para cuando empieces a amasar). Deja templar un poco.

Tamiza la harina en un recipiente grande. Haz un volcán en el centro y vierte la mezcla de espinacas. Añade una pizca de sal. Mezcla con una cuchara de madera hasta que no puedas seguir trabajando. Vuelca la masa en el mármol y amasa durante unos 10 minutos, hasta conseguir una masa fina que no se pegue a las manos.

Cada harina es diferente así que, si te queda muy líquida y pegajosa, ve añadiendo más harina poco a poco mientras sigues amasando. Si por el contrario la notas muy seca, añade un poco más de agua. La textura debe ser como un chicle, muy suave y fácil de manejar.

Una vez lista, envuelve en papel film y guarda en la nevera unos 20 minutos. Pasado este tiempo saca la masa y córtala en 3-4 porciones (es más fácil manipularla, sobre todo si lo haces a mano).

Espolvorea harina sobre el mármol y con ayuda de un rodillo estira la masa hasta darle el grosor deseado. Te aconsejo que le des la vuelta varias veces, echando harina en ambas superficies para que no se pegue (y también en el mármol). Corta como más te guste: nidos, placas para canelones y lasaña, raviolis, tortellinis, etc.