Me encanta viajar y, cuando lo hago, me sumerjo de lleno en la cultura de cada país: utilizo con frecuencia blablacar, me alojo en casas particulares (Airbnb) y, por supuesto, pruebo las delicias más típicas de cada sitio.

Hace 3 años, durante mis vacaciones por el sur de Francia, una de mis anfitrionas me recomendó probar las galettes, que no son más que crepes hechas con harina de trigo de sarraceno (como soy muy “ansias” probé una dulce y otra salada, las dos para cenar jajaja). Como ya sabéis, el trigo sarraceno es un pseudocereal que no contiene gluten, por lo que esta receta es perfecta para personas con intolerancia o alergias y, además, es vegana.

He intentado varias veces hacer galettes con trigo sarraceno en grano, aunque aún no he sido capaz de «pillarle el punto», así que tengo que seguir intentando… Esta última vez decidí comprar harina y el resultado no ha estado nada mal.

Para el relleno he utilizado lo que había en la nevera. No hago la receta más tradicional porque lleva huevo frito y no me hace mucha gracia. Así que será una galette rellena de verduritas, muy sana y con mucho color. Espero que os guste y os animéis a probarla.

GALETTES O CREPES DE TRIGO SARRACENO

Para 4 personas

Ingredientes:

• 100 gr de harina de trigo sarraceno
• 300 ml de agua
• 1 pizca de sal

Para el relleno:

• 300 gr de espinacas
• 400 gr de champiñones
• 200 gr de cebolla
• Tomate deshidratado (si no tienes, utiliza tomate Cherry)

Procedimiento:

En el vaso de la batidora mezcla la harina, la sal y el agua. Cubre con papel film y deja reposar durante al menos 1 hora (notarás que la masa tiene una textura “mucosa”, lo que se debe a los mucílagos que contiene el trigo).

Prepara el relleno. Pica las acelgas en tiras, la cebolla en brunoise y los champiñones en láminas. En una sartén con un poco de aceite pocha la cebolla. Cuando esté medio transparente, añade los champiñones. Una vez esté todo casi listo, agrega las espinacas y cocina unos minutos más. Retira del fuego y reserva.

Ahora vamos a hacer las galettes. Echa una gotita de aceite en una sartén antiadherente y pásale papel absorbente. Vierte parte de la masa y cocina durante unos minutos a fuego medio (hasta que empiecen a salir burbujitas y se despeguen los bordes). Da la vuelta.

Vierte el relleno en el centro y deja cocinar unos 4-5 minutos más o hasta que esté dorada por debajo. Ve doblando los lados hacia el centro, haciendo una especie de sobrecito.

Listo para servir.