Octubre, para mí, significa otoño. Y el otoño está asociado a lluvia, a días de frío y a comida calentita de cuchara. Hasta ahora he compartido recetas más frescas, patés vegetales y alguna ensalada. A partir de ahora, voy a dedicarme a las cremas de verduras, ideales como entrante o para cenas. Ligeras y llenas de sabor, económicas y muy saludables.
La receta que os traigo hoy es de las más fáciles que vais a ver por aquí: crema de calabacín. A decir verdad, esta fue la primera crema de verduras que probé en mi vida. Estaba estudiando en la universidad y la aprendí de mi amiga Cris. La receta original llevaba queso y, me gustó tanto, que se convirtió en una de mis cenas favoritas.
Con el tiempo, empecé a investigar con otras hortalizas; eliminé el queso, la nata y la leche, y empecé a hacer cremas muy básicas donde se podía apreciar el sabor del ingrediente principal. La receta de hoy sólo lleva calabacín y cebolla. Simple, fácil y buenísima. No me demoro más.

CREMA DE CALABACÍN
Para 4 personas
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos

Ingredientes:
- 1 calabacín grande o 2 medianos (800 gr)
- 1/2 cebolla (140 gr)
- 800 ml de agua
- Pimienta negra y sal al gusto
- Aceite
Procedimiento:
Lava el calabacín y córtalo, con piel, en rodajas finas. Puedas utilizar un cuchillo, una mandolina o el rallador. Pon un poco de aceite en la cazuela u olla exprés y fríe el calabacín a fuego medio-bajo durante unos minutos.
Corta la cebolla en juliana y añade a la cazuela cuando el calabacín esté un poco transparente. Salpimenta al gusto cocina durante 5 minutos más. Añade agua hasta cubrir las verduras y cuece por 15-20 minutos (si lo haces en una cazuela, hasta que el calabacín esté tierno).




Retira del fuego. Escurre el agua de cocción y resérvala en un recipiente. Con ayuda de la batidora, tritura las verduras hasta conseguir una crema homogénea. Añade el agua poco a poco hasta conseguir la textura deseada.

Sugerencias:
Sirve con picatostes o con unas rodajitas crujientes de calabacín.
Puedes añadir leche o nata, aunque con la cantidad adecuada de caldo consigues una cremosidad increíble.