Granola casera.

Hoy os traigo una receta dulce y fácil, de las que a mí me gustan. Es una opción perfecta para el desayuno o la merienda. Está hecha a base de copos de avena, un alimento con muchísimas propiedades beneficiosas para nuestro organismo, frutos secos, semillas, un toque dulce y especiado y listo.

La verdad es que está genial, porque puedes utilizar los ingredientes que más te gusten:

Frutos secos: almendras, avellanas, piñones, nueces, anacardos, pistachos, etc.
Semillas: de chía, lino o sésamo (yo utilizo estas últimas)
Frutas deshidratadas: pasas, dátiles, bayas de goji, o incluso plátano, manzana o coco. Si dispones de un deshidratador de alimentos, tienes un filón!!
Edulcorantes: azúcar, miel de agave, miel de abejas, chocolate!
Especias: canela, vainilla, jengibre, etc.

Lo mejor de todo, es que puedes hacerla en la sartén. Nunca he probado a hacerla en el horno, pero creo que es más fácil en la sartén porque corres menos riesgo de que se queme…

Bueno, pues después de esta larga introducción, vamos al lío!

GRANOLA CASERA

Dificultad: fácil

Tiempo de preparación: 20 minutos

Ingredientes:

2 vasos de copos de avena
30 gr de pistachos picados
20 gr de almendras picadas
20 gr de avellanas picadas
15 gr de semillas de sésamo
25 gr de pasas
50 gr de azúcar
1 cucharada de canela en polvo
3 cucharadas de coco rallado

Procedimiento:

Pon una sartén a fuego bajo y vierte los copos de avena. Mueve frecuentemente, intentado que se tuesten de manera homogénea. Notarás el olorcito y el cambio de color.

Cuando adquiera un tono marroncito claro, añade las semillas de sésamo y la canela y continúa removiendo de vez en cuando. Cuando las semillas están tostadas, añade los frutos secos.

Mezcla todo durante 4-5 minutos. Añade ahora el coco rallado y el azúcar . Notarás que se empiezan a formar grumitos, aunque no demasiados. Eso es el caramelo y los «pegotitos» característicos de la granola. Si quieres más «pegotitos», echa más azúcar. Ten cuidado de que no se queme.

Retira del fuego, extiende en una bandeja y deja enfriar. Una vez frío, añade las pasas y mezcla bien. Guarda en un tarro de cristal hermético y ya te lo puedes comer a cucharadas!